Construir historias para cambiar la Historia
Una vez que una experiencia ha acontecido se suele escribir el relato que la explica. Todo parece lógico, se explica cronológicamente, pareciera que todo fue bien planificado, que los sucesos se fueron produciendo de una manera ordenada…
Ocurre también que hay miles de historias que se iniciaron y que no cuajaron. Seguramente las condiciones de partida fueron similares pero en estas ocasiones se quedaron atascadas en algún camino sin salida. Y como nadie las narra pareciera que no hubieran existido.
Viene esto a cuento porque estamos en las puertas de iniciar un nuevo programa que persigue fomentar que las personas que dirigen las organizaciones apuesten cada vez más por desarrollar más y mejores proyectos en cooperación para innovar.
Esto de la cooperación es tan antiguo como la vida misma. De hecho si algo está claro es que somos absolutamente interdependientes. Que aislados/as no hay futuro, que cada quién es, porque en conjunto somos.
Desde el Departamento ya existe un programa para impulsar la cooperación para la internacionalización, los proyectos de innovación en cooperación se priorizan, se han apoyado proyectos colaborativos con AIC, el centro de fabricación avanzada, los Smart grids… ¿Cómo seguir contribuyendo?
A modo de relato os contamos que llevamos tiempo gestando un nuevo proyecto. Más bien es una nueva historia, asi que…
Érase una vez que…
A finales de 2013 les pedimos colaboración a dos equipos de investigación: de Orkestra y del MIK (éstos en armonía con Hobest).
Con los resultados de aquellos informes y de la mano de las experiencias de Inkoa, Garaia y Metalúrgica Marina nos dimos cuenta de que, a veces, la cooperación transforma los grises en verdes
Lo “natural” hubiera sido que tras aquella inspiradora sesión de arbela el proyecto hubiera cogido breada. Sin embargo…otras cuestiones debían ser atendidas y aquel buen arranque hubo de estar un tiempo esperando paciente su turno.
A modo de experiencia piloto, de la mano de Tecnalia impulsamos un proyecto que vinimos a denominar Coolab haciendo un guiño a que pretendía ser un laboratorio para experimentar ésto tan complejo como necesario que es la cooperación.
Tras contactar con unas 100 organizaciones se realizaron una serie de dinámicas colectivas en las que 34 empresas hicieron su networking. No llegaron a desnudarse aunque striptease sí hubo.
Tras más de un año de idas y vueltas se identificaron 3 oportunidades de negocio en la que 10 empresas tomaron parte. Muchos claros y sombras en esta experiencia. Muchas lecciones aprendidas: la importancia de trabajar bien los preliminares, la necesidad de que las oportunidades de negocio identificadas sean claras, la importancia de que además del facilitador externo haya mucho motor interno, mucho compromiso…
Y cuando pareciera que la modestia de los resultados de esta experiencia fueran a ralentizar el proceso resulta que… todo lo contrario.
La apuesta por la cooperación se convierte en una de las prioridades elegidas por el Departamento para contribuir a que el presente y el futuro de la cooperación en Bizkaia se ensanche. El encargo tiene que ver con impulsar la proactividad, con facilitar las condiciones de entorno para que afloren más y mejores proyectos en cooperación.
Y entonces en vez de correr, se nos ocurre que es mejor ir despacio. 😉
Por una parte conectamos con el equipo de Colaborabora que nos ayudan a diseñar una metodología para trabajar intensamente los preliminares, los previos, las condiciones que pueden permitir que el conocimiento mutuo y la confianza se asienten sobre sólidas bases. Todo ello servido a modo de un buen cóctel.
De nuevo otra fecha mágica, el 12 del 12. En esta ocasión nos pusimos a “Kooptelear”: a preparar sabrosos cócteles para disfrutar en buena compañía.Hay que reconocer que la sesión fue otro subidón. Este reto es tan complejo como atractivo, así que ¡a por él!.
El primer semestre de 2015 ha sido un periodo de conversaciones con otros agentes, con otras personas involucradas con la misma intención… así que nada mejor que construir una red desde la que estos esfuerzos colectivos se coordinen, se retroalimenten, se contrasten, se refuercen.
De la mano de un equipo de Innobasque hemos ido generando encuentros en los que se trataba de explorar las distintas visiones existentes, las experiencias previas, con sus aciertos y sus fracasos, las prioridades, las necesidades, los recursos y capacidades disponibles, el nivel de compromiso con el proyecto…
Todo a fuego lento, meneando la cazuela para que no se pegue el guiso ( ¡no siempre lo conseguimos) ;-(
Y así poco a poco sentimos que es hora de juntarnos y crear un espacio de encuentro. Para que la presencia física nos energetice, para poner alas, ruedas, gasolina, ilusión a este proyecto.
En la primera quincena de Julio nos reuniremos, nos “confabularemos”. Sin duda será un día de encuentro y reencuentros, de soñar, de compartir ilusiones y dudas, de reforzar nuestro compromiso por esta forma de hacer colaborativa que nos puede permitir llegar a escenarios imposibles de manera individual.
Miramos para atrás y vemos el recorrido hecho. No vemos todas las otras múltiples posibilidades que hemos ido descartando sin saber bien a dónde hubieran conducido.
Miramos para adelante y solo vemos cruces, bifurcaciones, decisiones que esperan ser tomadas. Vemos también mucha niebla. Entornamos los ojos para tratar de ver aquello que apenas se divisa en el horizonte. Habrá que tener paciencia, avanzar y ver entonces con más claridad para poder actuar.
Hasta aquí un relato de esta historia. Algunas preguntas que nos surgen son:
- ¿Por qué no escribimos la historia que queremos que emerja?
- ¿Y si nos atreviéramos a escribir, esta vez, la historia a priori?
- ¿Y si hacemos un ejercicio de visión para soñar lo que viene, para dar rienda suelta a nuestra intuición, para cargarnos de fuerza con todo lo que está por construir?
Como dice el adagio “Si no lo crees no lo ves”. Hace falta creer para crear lo nuevo. Saber que en este interminable camino, lo importante es ir disfrutando de cada experiencia que nos regale el camino, celebrar cada avance, saber que van a surgir dificultades, que también habrá retrocesos y que es esos frágiles momentos habrá que tener mucha serenidad y aprender de cada experiencia. Habrá que atravesar dudas y miedos sabiendo que todo sigue, todo se va transformando a medida se va desplegando… y entonces resulta que podemos pasar de ver la cooperación como la asignatura pendiente, casi imposible, a verla como la salida natural para afrontar los retos que se presentan, sabiendo que en compañía (casi) todo está al alcance de NUESTRAS posibilidades.
Soñar lo improbable para hacerlo posible. Y hacerlo en compañía, celebrando cada hito.
¡A caminar! ¡A construir esta historia que puede cambiar la realidad y, sobre todo, nos puede cambiar!
¡Al fin y al cabo se trata de eso, de construir historias que cambien la Historia!